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2.Oct.2010 / 10:02 am / Haga un comentario

Oposición pavimenta con mentiras camino de regreso a la Asamblea Nacional

Caracas, 01 Oct. AVN .- Eufórica por recuperar la representación que perdió por su proceder antidemocrático en el 2005, cuando se negó a participar en los comicios parlamentarios, para desestabilizar al Gobierno y al Estado bolivarianos, la derecha neoliberal venezolana regresa a la antesala de la Asamblea Nacional mintiéndole al país y a sus seguidores.

En pocos días ha propalado varias mentiras, para tratar de potenciar el alcance político de los 65 diputados que obtuvo en los comicios del pasado 26 de septiembre, frente a los 98 que logró el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Números

Sus principales dirigentes, voceros y medios de comunicación han dicho, por ejemplo, que la oposición obtuvo más votos que el chavismo en los recientes comicios parlamentarios.

Se atribuyen a nivel nacional una cifra superior a los cinco millones y medio de votos, algo superior a la que le conceden a la alianza bolivariana (PSUV-PCV), que es de 5.422.040.

Para armar esta mentira se apropian de la votación obtenida por varios pequeños partidos que no fueron a los comicios en alianza con el PSUV, pero que se mantienen del lado del socialismo, tales como el Movimiento Electoral del Pueblo, Tupamaros y otros, pero especialmente de los resultados logrados por Patria Para Todos (PPT), que obtuvo 330.260 votos.

El PPT es un partido disidente del proceso bolivariano, que ha manifestado sus diferencias abiertamente, pero no se ha identificado con la ultraderecha de la “mesa de la unidad”.

Logró 330.260 votos, que si son sumados a los 5.312.293 que realmente obtuvieron los partidos integrantes de la “mesa de unidad”, arroja la cifra de 5.642.553, que es presentada como expresión de los “partidos de tendencia opositora”, con el fin de ampliar los límites de esa corriente.

Que si la nueva ley

Otra falacia difundida inmediatamente después de las votaciones del 26 de septiembre es la que atribuye al Gobierno la promulgación de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lope), en diciembre de 2009, con el fin de consolidar su hegemonía en todo el país.

Sostienen que con las leyes anteriores a esta los partidos de oposición habrían obtenido más diputados con la misma votación.

La Lope derogó las normas preexistentes que regían la actividad electoral: la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, del 28 de mayo de 1998, y el Estatuto Electoral del Poder Público, del 30 de enero de 2000.

Para sostener esta mentira, apelan a los casos de Lara, donde el PSUV dobló a la oposición 6 a 3, a pesar de la polémica del gobernador local, Henry Falcón (PPT), con el presidente Chávez. En esa entidad Patria Para Todos no obtuvo ningún diputado.

Refuerzan su argumentación con el caso del Distrito Capital, donde el PSUV también obtuvo 6 diputados y la oposición 3.

Pero cuando consideran Anzoátegui (PSUV 1- oposición 5), y Sucre (PSUV 3-oposición 3) dos estados de inclinación bolivariana, y lo ocurrido en Táchira (PSUV 1- oposición 5) y Zulia (PSUV 3 – oposición 12), entonces se les “tranca el serrucho”, y no pueden explicar cómo lo que era cierto para otros estados no lo fue precisamente en una entidad como el Zulia.

Modificación circuital

Una tercera mentira de la oposición es la que sostiene que la modificación de circuitos electorales en ocho entidades federales, realizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en enero de 2009, influyó para que la oposición no obtuviera mejores resultados.

Estas modificaciones se efectuaron en las siguientes entidades federales: Distrito Capital, Amazonas, Barinas, Carabobo, Miranda, Táchira, Zulia y Aragua.

De acuerdo con la Lope, las circunscripciones electorales se actualizan con respecto a la estimación poblacional para cada proceso electoral de cuerpos deliberantes, en razón de la elección de los cargos de representación nominal.

También denominada circuito electoral, la circunscripción es una figura que permite establecer composiciones poblacionales y geográficas, orientadas a atender el derecho de representación electoral de los ciudadanos, de acuerdo con su localización urbana o rural, y en armonía con los recursos dispuestos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para ese fin.

La búsqueda del equilibrio

En el territorio de Venezuela, de 916.445 kilómetros cuadrados, existen 23 estados, 335 municipios y 1.135 parroquias, y eso supone sinfín de desequilibrios entre territorio y población, lo que deriva en iniquidades en el plano de la representación política resultante, razón por la cual el Poder Electoral debe hacer los ajustes pertinentes en los comicios a cuerpos deliberantes.

Por eso, la acción del CNE, enmarcada dentro de los lineamientos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley Orgánica de procesos electorales, se orientó a corregir muchos desequilibrios existentes entre territorio y población, que han generado desigualdad de oportunidades para la representación política.

Constitución y ampliación de derechos

A partir de la entrada en vigencia de la Constitución Bolivariana (1999), la sociedad venezolana viene experimentando en forma creciente el surgimiento de nuevas instituciones de participación política, de nuevas vías de concurrencia e intervención en los asuntos de interés público.

El derecho al sufragio, que en la IV República constituyó la esencia de lo que se proponía como democracia representativa, ha cedido su puesto a una visión mucho más amplia, segura, mejor concebida y mejor ejecutada, por el nuevo Poder Electoral.

Pero, adicionalmente, en el plano de los derechos civiles, por la significación que han logrado alcanzar la participación y el protagonismo del ciudadano, este derecho luce como un mecanismo más de concurrencia e intervención del pueblo en los asuntos que como depositario de la soberanía nacional le conciernen.

El referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, la iniciativa legislativa constitucional y constituyente, el cabildo abierto y las asambleas de ciudadanos y ciudadanas, cuyas decisiones son de carácter vinculante, así como la elección a los cargos públicos, potencian las posibilidades de participación del pueblo en el ejercicio de su soberanía.

Son estas algunas de las fórmulas de participación y de ejercicio de la democracia protagónica que el pueblo venezolano ha venido experimentando, definiendo e institucionalizando en el contexto de la revolución bolivariana, en el proceso de refundación de la patria y de reconstrucción del Estado.

Ahora, el derecho al sufragio es parte de un conjunto ampliado de derechos políticos a través de los cuales el pueblo venezolano ejerce su soberanía, a diferencia de la IV República, en la que el pueblo era conducido a votar cada 5 años, para elegir un gobierno que servía a los intereses de la oligarquía, las grandes transnacionales y al Gobierno de Estados Unidos.

 

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